Las Terres de l’Ebre es uno de los territorios más desconocidos de Cataluña a pesar de ser uno de los lugares más bellos, no sólo de la costa, sino de todo el Principado.

Sus playas cuentan con una gran belleza y los pueblos como el de l’Ametlla de Mar o L’Ampolla, son realmente preciosos. Pero la joya de de estas tierras es el Delta del Ebro, donde conviven arrozales, el parque natural, las dunas, las playas vírgenes y el turismo sostenible.

La gastronomía de las Terres de l’Ebre es rica y variada. Las anguilas del Delta, la alcachofa, el coc de Brossat o los langostinos de Sant Carles de la Ràpita, son un buen ejemplo. La zona sur es un importante centro de producción de naranjas, mandarinas y clementinas. Y es que las Terres de l’Ebre tienen más en común con los valencianos, incluso en su habla, que con los catalanes.

El Delta del Ebro es el humedal más extenso de Cataluña y es el hábitat acuático más importante del Mediterráneo occidental. El paisaje del Delta del Ebro es peculiar. Conviven extensos campos de arrozales con dunas y paisajes salinos y lagunas en la zona que toca al mar.

El Delta del Ebro es rico en fauna y flora. Los flamencos, las garzas y otras aves pescadoras viven con tranquilidad en este tesoro del Mediterráneo. Son famosas y muy codiciadas las deliciosas anguilas del Delta, aunque cada vez más escasas.

Las sanguijuelas, los mosquitos y las culebras son abundantes en los arrozales. Las serpientes de agua son muy comunes en este parque natural del Mediterráneo pero, en cambio, las ranas y las tortugas son escasas. Especies de peces como el esturión han retrocedido en las aguas del Ebro a favor de especies americanas como la merluza de río o el siluro.

El Delta del Ebro también cuenta con una gran variedad de mamíferos, aunque los grandes como el jabalí son escasos. En el pasado también habían llegado al Delta ciervos y cabras. Los más comunes hoy en día son los zorros y los conejos, aunque también se pueden encontrar erizos, nutrias o topos.

Los visitantes podrán disfrutar de visitas a este parque natural y degustar su la variada gastronomía del Delta del Ebro, mediterránea pero con una marcada personalidad.

El arroz a banda, el arroz negro, la fideuà, las ancas de rana, las anguilas, el pato salvaje o las flores de calabacín rebozadas, son típicas de esta zona del Mediterráneo.

Los turistas que quieran visitar el parque natural del Delta del Ebro, podrán albergarse fácilmente en localidades cercanas como l’Ampolla, l’Ametlla de Mar, Sant Carles de la Ràpita, Amposta o Deltebre.

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